con datos recogidos por el Perseverance.
Investigadores de Málaga amplían las posibilidades del vehículo Perseverance en Marte. Ahora, la misión podrá identificar si hubo vida en el pasado en el planeta rojo. La información se obtiene de manera inmediata y permite analizar el subsuelo de Marte protegido de la radiación solar.
La confluencia de 5 vehículos no tripulados en la superficie de Marte está propiciando enormes avances científicos que ayudarán a responder a una de las grandes preguntas de la humanidad, ¿hay algo o alguien ahí fuera? El equipo especializado en la investigación con láser de la Universidad de Málaga (Umalaserlab) ha encontrado un nuevo sistema que ayudará a la misión Perseverance a discernir si hay restos orgánicos en el subsuelo de la superficie marciana. Es decir, si pudo haber vida en Marte en un tiempo pasado.
En concreto, el nuevo paso se apoya en uno de los 5 instrumentos que lleva la SuperCam del Perseverance, algo así como el laboratorio de observación de la misión. LIBS (Espectroscopía de Plasmas Inducidos por Láser) es la herramienta donde se amplía la capacidad de análisis. «Hasta ahora, solo veíamos si las rocas tenían carbono, pero no podíamos saber mucho más, con el nuevo método tenemos un primer paso en el complejo reto de saber el tipo de carbono y discernir si es de procedencia orgánica», explica a Sputnik Tomás Delgado, uno de los investigadores.
La posibilidad de identificar si hubo o no vida marciana es posible. El carbono (CO2) tiene tres procedencias. Puede ser materia inorgánica que simplemente está en piedras con carbonato cálcico, por ejemplo. Otra fuente del carbono puede derivar de la ruptura de la atmósfera de Marte, compuesta por CO2 en torno a un 95%, por lo que acaba integrándose en las muestras analizadas. Y por último, la opción esperada: que sea procedente de materia orgánica».
Huellas de vida pasada bajo la superficie marciana.
El Perseverance salió de la Tierra en julio de 2020 para recolectar y analizar muestras de la superficie de Marte. El equipo malagueño de Umalaserlab es parte del mecanismo sensorial que ya está observando la superficie. La herramienta LIBS descifrará, mediante el análisis de los espectros de emisión óptica recogidos, si hay huellas del pasado a través de lo que los investigadores llaman biofirmas, ecos de vida anterior. «Esto es un camino largo guiado por la incertidumbre, la pregunta que domina todo es a ver qué encontramos», confiesa Delgado.
LIBS proyecta un láser sobre una roca marciana seleccionada que da lugar a la ablación de parte de ese material y a la formación de un plasma de gas ionizado. La luz emitida por ese plasma es analizada y traducida a un espectro de emisión óptica en un rango de radiaciones que va desde el infrarrojo hasta el ultravioleta.Ahora que han optimizado la lectura de LIBS, podrán clasificar –en caso de que estén ahí fuera– formaciones con restos biológicos, «que fueron asistidas por seres vivos».
Las rocas con presencia en su composición de trazas moleculares compatibles con la vida, son el equivalente —en menor tamaño— a los fósiles de la Tierra. Se trata de biofirmas compuestas por moléculas básicas que cuenten con algún grupo funcional, como ciclos aromáticos, algún grupo amino, alcohólico o ácido.
«Ahora estamos caracterizando cianobacterias [organismos que clasificamos como extremófilos], si hay organismos marcianos presumo que será de este tipo, solo que me resulta difícil creer que se mantengan en la superficie marciana con la enorme radiación solar que recibe, por eso todas las esperanzas están en el análisis láser del subsuelo», detalla Delgado.
Un horizonte infinito desde el láser.
El trabajo en los cuarteles generales de Málaga ahora se basa en analizar la mayor cantidad de materias posibles para compararlas cuando lleguen las muestras de Marte. Teniendo en cuenta la atmósfera marciana y su influencia en los datos recogidos, se crea una especie de mapa de valor que servirá para clasificar y entender la información que Perseverance remita.
El láser está ofreciendo un universo de posibilidades que no solo abre puertas en Marte. «En la Tierra contamos también con una extensión mayor de aplicaciones que se valen de esta tecnología», detalla Delgado. El láser es protagonista en revolucionarios investigaciones para fabricar nanoláseres para biomedicina que detectan células cancerígenas de un vistazo.
(Sputnik)